Bethlem o
Bedlam… un lugar que habréis oído alguna vez de pasada o que quizá conozcáis de
algún libro o película. Si sois aficionados a series de época británicas,
incluso de la era isabelina y hay algún loco por ahí aunque sea de pasada, el
nombre de Bethlem estará presente.
Resulta
curioso que se escuche hablar de esta institución y que su simple mención haga que a los personajes se les cambie
la cara. También resulta divertido escucharlo en contextos históricos
tan distanciados en el tiempo. ¿El mismo
nombre en la Edad Media, mencionado en el siglo XX?.
Parece casi más una figura
mágica o de la cultura del inconsciente colectivo que un lugar real y físico,
pero no.
Bedlam o
Bethlem existe y se trata del primer hospital psiquiátrico de Europa.
Fue fundado
en 1247 como un centro religioso, pero será en 1357 cuando se establezca como hospital
especializado en acoger y tratar a los
enfermos mentales.
Imaginad su
importancia cuando se le concedió el título de Royal Hospital.
Una idea
puntera la de tratar en un lugar específico a los lunáticos, pero recordad que estamos en la Edad Media inglesa y dista
mucho de ser avanzada, pues sus pacientes eran tratados como prisioneros de la
peor calaña.
A los más “revoltosos” se les encadenaba a las paredes o al suelo
para que no pudieran herirse o herir a otros. Las raciones de comida eran
escasas, pues el ayuno es una penitencia que ayuda al espíritu. A los que eran
más tranquilos e inofensivos se les dejaba mendigar por las calles de la
capital del reino. De hecho en la obra de Shakespeare de El Rey Lear el hijo
del rey, Edgar, se hace pasar por mendigo de Bethlem para no ser capturado tras
su destierro.
Es en 1557
cuando el hospital pasa su titularidad a la ciudad de Londres, pero conservando
su nombre y prestigio como Royal. Se empiezan a conocer los terribles abusos
que se producen en el lugar, pareciendo más un penal que otra cosa, y ello lleva a que los
propios pacientes se unan y presenten una queja conjunta por escrito a la
Cámara de los Lores en 1620.
No es que hicieran mucho luego por mejorar la
institución, pero se consiguió que se hiciera patente lo terrible de las condiciones inhumanas e
insalubres que soportaban esas pobres almas.
En dos o
tres ocasiones se trasladará de ubicación, pero las políticas sobre como debía funcionar Bethlam
acompañaban allí donde fuera su nombre.
En el siglo
XVIII, a principios, el psiquiatra Paul Vicent hizo una queja oficial sobre
como los enfermos mentales que allí se encontraban habían perdido su condición
de seres humanos por los métodos y tratamientos a que eran sometidos en el
centro.
Pero es en
ese mismo siglo cuando se pone de moda entre las clases mas pudientes de Londres
y los alrededores, visitar el centro como si de un circo se tratara, para
observar el comportamiento de los “lunáticos” por un penique, para reírse de
ellos. A esta esperpéntica diversión se la conocía como el Show de Bethlehem.
Diversión para toda la familia, como podéis ver
Seguramente
algunos de los pacientes eran de verdad enfermos mentales, pero muchos otros
eran personas que no encajaban en los canones de la sociedad, o personas que
desarrollaba problemas neurológicos como consecuencia de los "modernos
tratamientos" que se ofrecían para otras dolencias. Un ejemplo es el remedio
que se aplicaba para los enfermos afectados por la sífilis: la ingesta de
mercurio, uno de los metales más peligrosos y venenosos que existen. A la larga
afecta al sistema nervioso, al cerebro y provoca alucinaciones, violencia y
otro tipo de problemas que acaban haciendo que dieras con tus huesos en
Bethlem.
En el siglo
XIX se traslada a St. George Southwark, con bonitos parques y mucho espacio, pero por dentro igual de terrible.
No había
distinción de clases a la hora de entrar en Bethlem, pero si lo había a la hora
de aplicar los tratamientos, pues el desangrado era un método habitual de “sanación”
pero pocos podían permitirse el remedio más limpio y sano… ser sangrado con
sanguijuelas y no a punta de cuchillo. Laxantes para curar la melancolía,
latigazos y quemaduras para crear y expulsar la pus para nivelar los humores .
Uno de sus
pacientes más famoso fue el rey inglés George III, que fue enviado a Bethlem
temporalmente para su recuperación tas varios episodios de demencia. Por
supuesto, él con todos los lujos y médicos más fiables que se podía encontrar
en el país y en Europa.
En la
actualidad es el mayor archivo de documentación sobre estudios de enfermedades
mentales y pionero en tratamientos, investigación y nuevas terapias para sus
pacientes. Uno de los primeros
hospitales en aplicar el arte como medio de terapia y expresión de sus
pacientes y tiene una exposición permanente de sus trabajos.
Dentro de un par de años cumplirá 760 años desde su fundación, algo a tener muy en cuenta. Casi un milenio de historia y de sus habitantes.
Aunque ahora
sea una institución pionera no puedo evitar pensar que si un día uno acaba en
una institución psiquiátrica tendría un escalofrío si me mencionan este sitio:
Bedlam.