lunes, 31 de marzo de 2014

LA VERDAD DE WILLIAM WALLACE "BRAVEHEART"

Hoy voy a analizar (desde el punto de vista histórico) esta película que se ha convertido en elemento fundamental dentro del ciclo de cine histórico y bélico.
Lo primero que quiero decir es que, a pesar de lo que vaya a decir aquí, ya que parece que la voy a poner fatal, para mi es, cinematográficamente, una película genial que marcó un antes y un después en mi vida.
En 1995 se estrenará una película que va a convertir a Mel Gibson, tanto como director como actor, en una figura icónica dentro del cine internacional como nunca antes había lo conseguido. Se producirá un efecto dominó que hará que los ojos se vuelvan hacia esa zona norte del Reino Unido que, de pronto, empezó a llamar un poco más la atención a los foráneos que aún la ignoraban o conocían poco de ella.
Lo primero que es obligado mencionar, y aunque me encantan, es que los kilt que llevan en la película todos los escoceses no fueron inventados hasta el siglo XVIII y para mayor broma por un inglés.
El film se basa en la vida de William Wallace, un noble escocés, de ascendencia galesa (del cual se desconoce al año de su nacimiento) e hijo menor de Malcom Wallace y destacado terrateniente en las Tierras Altas.



Debido a que era el tercer hijo de una familia noble, la orientación de su futuro se enfocó hacia el clero, por lo que se educó junto con un tío suyo en una abadía en Dunipace, cerca de Stirling. 
Allí aprenderá latín, griego, francés, gaélico escocés y, por supuesto, inglés.
Cuando volvió a su aldea años más tarde, tras la muerte de su padre y su familia por parte de los ingleses, juró vengarse y deja el clero. Se casaría años mas tarde con Marian Braidfoot.
En la película aparece que uno de los motivos que llevan a los escoceses a rebelarse es el derecho de los nobles ingleses a la “prima nocte” (nuestro derecho de pernada) pero no existió como derecho legal nunca ni fue decretado por el rey Eduardo I como se refleja en el film.
Las luchas de Wallace contra los ingleses empezaron mucho antes de que su mujer fuera asesinada por el sheriff local de Lanark, en 1297.
El contexto “político” escocés era tenso, y se puede ver en la película, aunque muy brevemente, en el que las dos casas herederas de la corona de Escocia: los Bruce y los Balliol no paraban de enfrentarse entre ellos. 
Wallace siempre fue un partidario de la casa Bruce, como se vislumbra en la película, pero en ningún momento traicionó al que consideraba su legítimo rey, ni él traicionó al rebelde.
La gran batalla de Stirling que se ve en la película, en la que ganan por primera vez a los ingleses, no se produjo en un campo abierto, si no que fue una escaramuza en el puente de entrada a la ciudad en la que atraparon como en una pinza a los ingleses. Al verse arrinconados por los dos extremos del puente y sin posibilidad de avanzar o retroceder muchos de ellos, tratando de salvar sus vidas se vieron obligados a saltar al agua, muriendo ahogados en vez de a manos de los escoceses.
Tras la derrota aplastante de la batalla de Falkirk, que poco tiene que ver con un pacto entre Robert The Bruce y el rey inglés, Wallace huirá a Francia a buscar apoyos para su causa mientras el heredero de la corona escocesa se queda en casa luchando contra las tropas inglesas y contra sus propios adversarios políticos escoceses.
Otro detalle, la princesa francesa Isabel no llegará a Inglaterra hasta que fallece el rey Eduardo I, y William Wallace ya ha sido ejecutado.
Pidió ayuda al rey Felipe IV de Francia, al rey Haakon V de Noruega y hasta al Papa del momento que era Bonifacio VIII, pero sin conseguir ningún resultado. Decidió volver a Escocia para ayudar a The Bruce en su causa, pero será traicionado por otro noble y atrapado en Glasgow, enviado a Londres y ejecutado en 1305.
El método de ejecución, sin embargo está bien documentado en la película y William sufrió: estrangulamiento, castración, evisceración y decapitación.
Así pues resumiendo, William Wallace: ni era campesino, ni se rebeló por amor, ni fue traicionado por el futuro rey de Escocia, ni llevaba kilt, ni tuvo una relación con la princesa de Francia, ni  tendría un hijo con ella.
Wallace fue en realidad un rebelde que luchó contra los ingleses a favor del que se convertirá en Robert I the Bruce, liderando grandes batallas y que se convertiría en un icono de la independencia escocesa del poder inglés.

Aquí os dejo un vídeo gracioso resumiendo la historia con un poco de rock.

lunes, 24 de marzo de 2014

EL HÉROE Y EL ANCIANO SABIO

Hoy vamos a tratar dos arquetipos junguianos juntos, ya que creo que se complementan a la perfección y hará más sencillo entenderlos si se analizan relacionados antes que si se hacen por separado.
Empecemos por el primero:
Un héroe es algo que todos conocemos que es y podemos identificar, pero en ocasiones si nos preguntaran que lo definiéramos, nos costaría bastante más de un rato encontrar las palabras adecuadas que reúnan todas sus características.
Los héroes en la mitología son humanos o semidioses con unas características especiales que los hacen únicos (ya sea su fuerza, su valor, su habilidad en la batalla o su inteligencia) y que los convierte en un referente para su pueblo superando pruebas en las que tiene que demostrar ser digno del destino de fama y gloria que le está reservado. 
Representan el modelo de conducta ideal y al que aspirar, por el que los jóvenes deben sentirse impulsados a seguir sus códigos morales y el ejemplo a la hora de afrontar los retos que los convertirán en hombres.
En la mayoría de los mitos el héroe no tiene una infancia nada fácil, pues o es adoptado por otras familias como es el caso de Hércules, Moises, Cuchulainn, el Rey Arturo…,  o tienen una familia que ha vivido una situación traumática ante el fallecimiento de algún miembro de su grupo o la maldición de un dios como Ulises, Aquiles,  Rama, Teseo, Gilgamesh, etc…
Su adolescencia suele estar llena de aventuras y retos en los que van forjándose como las grandes figuras en que se van a convertir. En este momento es cuando se hace presente la otra figura arquetípca: el anciano sabio.
En la gran mayoría de las leyendas el héroe debe ser instruido o aconsejado en algún momento de su vida en que está más perdido, por un hombre mayor que le dará las claves para conseguir su objetivo y cumplir su destino. Suele representarse como un anciano barbudo, de una edad indeterminadamente vetusta que se encuentra rodeado de algún halo de magia o misterio casi divino. En la mitología greco-romana encontramos dos ejemplos en figuras como la del centauro Quirón, maestro de la mayoría de los héroes de esta mitología (Hércules, Ayax, Asclepio, Jasón,  Acteón, Aristeo, Aquiles o Teseo), o el sabio ciego Tiresias que desvelará a Ulises la manera volver a Ítaca.


En los mitos nórdicos el propio dios Odín suele convertirse en un anciano tuerto que pasea con un cuervo como un ermitaño entre las brumas y que aconseja a los guerreros o da vaticinios a los héroes importantes.
Dentro de los mitos célticos, el ejemplo más famoso está en la figura de Myrddin, o Merlín, el instructor, mejor amigo y consejero de joven Arturo al que entrena para convertirlo en rey de Britania. 


El viejo Morann, las apariciones del dios Lugh y otros personajes en la mitología del ciclo del Ulster irlandés con Cuchulainn.
Con todo ello el héroe se va formando en una serie de normas y conductas que le hacen ser el ejemplo para su cultura y su pueblo de las cosas mejores que éste puede ofrecer. Se convertirán en fundadores de ciudades, libertadores de tiranos y monstruos, campeones contras las injusticias y dignos merecedores del puesto entre los dioses o la memoria indeleble de sus futuras generaciones.

Por desgracia, en la mayoría de los casos, el héroe no va a morir de anciano o de una manera tranquila y cómoda, a pesar de todas sus hazañas. Muchos morirán a causa de un engaño, en muerte violenta en batalla, por traiciones cercanas o por la ira de algún dios rencoroso. 
Ser siempre correcto y un héroe es algo loable, pero en este mundo no se puede uno olvidar de que, como decía Merlín en la película de Excalibur: “Recuerda que siempre hay alguien más listo que tú.”

lunes, 17 de marzo de 2014

BLACK SAILS

Vamos a dejar por esta semana los temas relacionados con la psicología y la mitología para cambiar un poco el ambiente y darle un toque histórico al blog.
Llevaba tiempo queriendo que saliera una serie que reflejara un mundo que siempre me había gustado desde pequeña, y que según compruebo en la gente, es algo que parece atraer a casi todo el mundo: los piratasEsta serie es Black Sails.


He oído críticas sobre el aspecto de los personajes, que si son demasiado guapos o que están demasiado sanos para la época y el modo de vida que llevaban, pero no debemos olvidar que es una serie y por lo tanto está dirigida a un público mayoritario. Si la producción hubiera elegido a gente desdentada, picados de viruela y tullidos, seamos sinceros, no habría tenido el éxito que ha conseguido la serie.
A parte, creo que tenemos tan mitificado el mundo de la piratería que creo conveniente hacer un breve resumen para situarnos en él.

Lo que se conoce como la era dorada de la piratería, ese periodo en que salen todos los bucaneros, contrabandistas, piratas, mercenarios, mercantes y mercenarios de los que hemos oído hablar, apenas llega a abarcar 80 años o un siglo como muchísimo: de 1650 a 1730 grosso modo.
Esta serie se sitúa en el último periodo de esa época, en los primeros años del siglo XVIII en  Nassau en la isla de Nueva Providencia, en las Bahamas.
No voy a cometer ningún spoiler cuando hable de los personajes, ya que de los únicos que voy a comentar son los históricos, y si se mantienen en esta segunda temporada, según los libros de historia, ya se sabe cuál es el futuro de cada uno de ellos.

La serie juega con mezclar protagonistas creados para ella como Max o Eleanor Guthrie, protagonistas literarios del género como John Silver, el Capitán James Flint, Billy Bones…, y piratas históricos bien recogidos y documentados como el Capitán Charles Vane, Jack “Calicó” Rackham o la legendaria Anne Bonny.
En la serie se nos presenta la tripulación del Ranger, el barco del capitán Vane, con Rackham como su segundo de a bordo y la misteriosa y letal Anne siempre a su lado.


Charles Vane gobernó los mares sólo durante 4 años (1716- 1720) pero le dio tiempo suficiente para hacerse un nombre dentro de la comunidad pirata y ser reconocido como uno de los capitanes más crueles y temidos de la era, junto con uno de los hombres que menos respetaba las propias leyes de la piratería. Finalmente será rescatado de una isla en la que se quedó varado después de que su barco se hundiera en una tormenta, y al ser reconocido por otro pirata rival se le entregó a la justicia y acabó ahorcado por sus crímenes sin mostrar el mínimo arrepentimiento.
Jack Rackham fue un pirata sin par en todos los aspectos de su vida. Se ganó el sobrenombre de Calicó por los colores que le gustaba lucir en sus ropas, pero si es conocido y destacado por algo es por ser el único que se atrevió a llevar a bordo de su barco a las dos mujeres piratas más famosas de la historia: Anne Bonny (su amante) y Mary Reed considerándolas sus iguales.
Consiguió ser nombrado capitán después de que la tripulación del Ranger se amotinara contra Vane y el fuera elegido, al ser el contramaestre, como nuevo capitán de navío. Aunque no tuvieron mucha suerte tras ese suceso y perdieron cada uno de los barcos que habían capturado en el proceso viéndose obligados a quedarse en tierra y solicitar el perdón real en Nueva Providencia. Allí, este dandy marino conocerá e iniciará relación con una mujer casada, Anne Bonny, y cuando esto se hizo público huyeron juntos para evitar que ella fuera condenada y azotada públicamente por adulterio. 
Anne cambiará su nombre a Adam y se disfrazará de hombre entre la tripulación para no levantar sospechas y hacer que su capitán y amante tuviera un motivo para un nuevo motín, pues una mujer a bordo de un barco, según las tradiciones de los marineros era un signo de mala suerte.
Uno tras otro fueron capturando barcos españoles y ganando una fortuna. Cuando capturaron un barco alemán, entre la tripulación nueva reclutada estaba un joven que se acabó convirtiendo en el mejor amigo de Anne y ante los celos de Jack el muchacho se vio obligado a presentar su verdadera identidad: Mary Reed, que al igual que Anne se había disfrazado para escapar de un matrimonio y vivir una vida de “libertad” dentro de la piratería.
Al descubrirse entre el resto de la tripulación parece ser que no hubo demasiados problemas, pues ya habían demostrado con creces ser iguales en la lucha y en su manejo del barco que el resto de hombres, por lo que parecía que todos los vientos soplaban a su favor.
Las crónicas y la historia más extendida de cómo acabó esta aventura dice que tras la captura de uno de los barcos y la celebración de la tripulación, bien cargada de alcohol, y solo con unos pocos miembros haciendo guardia y sobrios, fueron atacados por el Capitan Barnet por orden del gobernador de Jamaica.
Lucharon como pudieron mientras Jack y el resto estaban tratando de salir de su resaca, por lo que la defensa cayó en unos pocos hombres y las dos mujeres piratas.
Las dos mujeres, tras ser encarceladas, vieron conmutada su pena de muerte debido a que estaban embarazadas, aunque Mary morirá en prisión por unas fiebres.
Se dice que desde la celda de Anne se podía ver el patio de ejecución y que cuando Calicó entró en el cadalso, su amante pronunció estas palabras: “De haber luchado como un hombre, no lo habrían colgado como a un perro”.
No se sabe como sucedió, pero Anne Bonny desapareció de la prisión, de la noche a la mañana,  poco después de que Jack fuera ejecutado.

Lo que me gusta más de esta serie es que te resulta imposible posicionarte a favor de un solo personaje, pues tienen tantos matices, son tan complejos y al mismo tiempo tan crueles y maquiavélicos todos y cada uno de ellos que no puedes decidir cuáles son los buenos, porque ninguno lo es.

Solo queda recomendaros que la veáis y que me digáis que os parece. OJO es una serie de Starz, de la misma productora que Spartacus, por lo que vais a ver sangre, burradas y sexo si o sí. Si no os gustan ese tipo de series avisados quedais.

lunes, 10 de marzo de 2014

LA MADRE

Con motivo de la celebración mundial del día de la mujer, y por petición personal, este post va dedicado a la figura arquetípica de La Madre.
Es muy probable que fuera, desde mi punto de vista, una de las primeras (si no la primera) manifestación simbólica del pensamiento humano en su impulso por entender el mundo que lo rodeaba, y el origen de los primeros cultos religiosos.
La naturaleza, el nacimiento, la maternidad, la sensación de protección… todos son aspectos que se aúnan en esta figura y que representa a la mujer y más a la figura de la Madre. 
Ella es aquella que da la vida, es el centro del clan y sin la cual la familia y, por lo tanto, la supervivencia del grupo es imposible.

Dice Jung que Madre es:
Lo «maternal» por antonomasia, la mágica autoridad de lo femenino; la sabiduría y la altura espiritual más allá del intelecto; lo bondadoso, protector, sustentador, lo que da crecimiento, fertilidad y alimento; el lugar de la transformación mágica, del renacer; el instinto o impulso que ayuda; lo secreto, escondido, lo tenebroso, el abismo, el mundo de los muertos, lo que devora, seduce y envenena, lo angustioso e inevitable.
Todo esto se plasma en una figura que hemos ido observando desde el principio de los tiempos y que se ha repetido en todas las épocas, en cada una de las culturas y que actualmente se sigue adorando de formas más o menos velada.

La gran Diosa, la Pachamama, PotniaGaia, Gea... podemos encontrar mil nombres que representan la misma idea, la imagen de La Diosa Madre.
Centrándonos ya en los ejemplos, imagino que se os habrán venido varios a la cabeza: 
Las venus paleolíticas que representan a la tierra y la fertilidad de la mujer, por ejemplo, pero hay muchas otras representaciones que hay que relacionar y que han ido cambiando de forma a lo largo del tiempo y de las culturas.

Una forma muy típica de encontrar la representación de la Madre en las culturas es como una mujer entronizada con un bebé en brazos, a sus pies o en su regazo. Puede tener un pecho fuera para alimentarle o bien para enfatizar su función como alimento para el mundo y las nuevas generaciones.
Estos ejemplos los contemplamos en figuras como la Isis egipcia (que de hecho, su traducción  del egipcio sería “el trono”), en Gea titánide de la Tierra y madre de los dioses olímpicos o, en Démeter que cuida los campos y crea las estaciones de las cosechas, en la diosa nórdica Frigg, en Anann o Danu en la cultura irlandesa, la Virgen María en el cristianismo, en Durga y Kali en el hinduismo y el shaktismo.





Quizá os sorprenda ver que Kali, la diosa que siempre se identifica con muerte, sangre y destrucción por nosotros los occidentales es una diosa madre dentro del shaktismo pues, a pesar de ser destructora, lo que elimina es el mal que puede herir a los suyos. 
En el pensamiento hindú no puede haber creación y vida sin destrucción y muerte y por lo tanto adquieren la misma importancia. 
La mejor manera de calmar a la diosa es o por sacrificios de sangre o si su consorte Shiva (que cuando se le representa en la iconografía con ella el se encuentra acostado con ella en posición de haberlo derrotado) le ofrece un bebe que llora y ella dejará todo para poder calmarlo.


Como ya hemos explicado, la Madre es una fuente de creación, protección y vida, pero al igual que la Tierra, puede se mediadora y crear el equilibrio, o bien ser la fuente de la destrucción como lo son los volcanes o los diluvios.

La vida y la muerte no pueden separarse y la Madre tiene el poder de dar o quitar ese don cuando ella lo considere.

lunes, 3 de marzo de 2014

WILLIAM BRODIE, el verdadero Jeckyll y Hyde

En el anterior post os comenté sobre el hombre real que fue la inspiración para la novela de "El misterioso caso del Doctor Jeckyll y Mister Hyde" de Stevenson: aquí tenéis al protagonista de la historia.



El Edimburgo de segunda mitad del siglo XVIII era una ciudad de grandes pensadores, renovación intelectual, negocios incipientes y la cuna europea de los avances en medicina y cirugía.
Se la empezó a conocer como “La Atenas del Norte” y se convirtió en un referente del mundo occidental y un foco cultural de luz en esta tierra brumosa del norte del Reino Unido. Todos los estudiantes de medicina acudían a su universidad al ser considerada la más prestigiosa y moderna del continente, al igual que en el mundo de las artes y la economía, lo que hacía de la urbe un hervidero de gente que iba y venía de todas partes del país y del extranjero. 
Sin embargo había otra ciudad debajo de  ella, una en la cual la bruma, la oscuridad, los timadores, los asesinos, las mafias y los ladrones de cadáveres hacían su agosto a costa de todos aquellos que ignoraban, o preferían pasar por alto ese sórdido mundo.
William “Deacon” Brodie es un ejemplo perfecto de la unión de estas dos caras de la capital escocesa.
Will era un hombre respetable y de negocios en la urbe, era miembro del Consejo Municipal y director diácono (deacon) de la Corporación de Artesanos. Un hombre ejemplar en la sociedad de su tiempo, bueno y generoso con los que le conocían y rodeaban.
Un empresario conocido por todas las grandes familias de Edimburgo, incluso llegando a codearse con el autor Robert Burns y algunos otros “Sires”de la alta sociedad británica, lo que le llevó a pertenecer a círculos de lo más exclusivo dentro de su vida urbana. 
Su empresa se basaba en la fabricación de armarios, sistemas de seguridad, puertas, reparación e instalación de cerrojos y las primeras “cajas fuertes”  hacían de él alguien en el que todo el mundo respetable confiaba.
Pero tras la puesta del sol, William Brodie se convertía en alguien muy distinto a lo que aparentaba durante el día.
Siendo un experto ebanista, y conociendo los secretos de todas las cerraduras de los armarios que había fabricado para las grandes familias escocesas acabó siendo el mejor ladrón que uno podía llegar a imaginarse. Copiaba las llaves con moldes de cera, forzaba las cerraduras de todos los lugares ocultos sin dejar una sola huella, y se escabullía en mitad de la noche entre los callejones, apenas iluminados y, sinuosos de la Old Town. 
Por las mañanas nadie podía siquiera imaginar que había sido robado al no dejar ninguna prueba de su intromisión, y mucho menos soñar que el bueno de William fuera el delincuente. Sin embargo se encontraban con que, misteriosamente sus joyas y sus ahorros desaparecían sin dejar rastro y sin ninguna posible prueba para que la policía o la milicia de la ciudad pudiera hacer nada. 
La parte oscura de Deacon Brodie no acababa ahí, pues usaba su dinero robado para mantener esta doble vida en la que estaban incluidas varias amantes que no llegaron a conocerse entre sí, un vicio desenfrenado con la bebida y el juego que llevaba a cabo en las zonas más sórdidas de la ciudad como la infame Cowgate o South Bridge en la que ni la policía se atrevía a entrar,  y cinco hijos ilegítimos de sus amantes.
Brodie no pareció conformarse con las ganancias obtenidas de su trabajo y de sus hurtos, por lo que en los años siguientes amplió su plan para enriquecerse de forma fraudulenta. 
Reunió a varios ladrones a los que entrenaría y con los que conformaría una banda para hacer golpes a gran escala, llegando hasta a atracar la oficina de impuestos de la ciudad, pero algo salió mal cuando uno de los cómplices fue atrapado y delató al resto del grupo.
Brodie, en una medida desesperada, escapó a Holanda y fue capturado in extremis cuando se disponía a embarcar hacia los Estados Unidos, por lo que se encontró en Edimburgo de vuelta a la espera de pasar a juicio antes de lo que pudiera esperar.
La conmoción en la ciudad fue enorme, las grandes familias escocesas apenas podían creer las acusaciones a ese hombre al que se le consideraba ejemplar. Sería a finales de agosto de 1788 cuando en una inspección policial encontrarían sus disfraces, armas y las copias de las llaves, con lo que ya no había dudas posibles de su culpabilidad, y una vez condenado recibió un último encargo muy especial: debería construir la horca en él mismo iba a ser ejecutado.
El 1 de octubre su cuerpo colgaba de una soga y fue enterrado en la Parroquia de Buccleuch, o al menos así aparece en los documentos oficiales.



Los rumores entre la población de la casta más baja de la misteriosa Edimburgo, y que Brodie frecuentaba por las noches en sus escapadas, contaban otra historia bien diferente:
William había conseguido sobornar al verdugo con parte del dinero robado y sus contactos en los bajos círculos de la ciudad, amañando la ejecución y la manera de que saliera ileso de la misma sin levantar sospechas.  El ejecutor le puso un collar de acero y un tubo de plata en la garganta para evitar que muriera en el ahorcamiento.
Fuentes de varias ciudades, cada vez más hacia el sur, en las semanas siguientes, dieron parte de que se le había visto en lugares poco adecuados de sus calles y su pista se perdió entre la niebla de Londres sin volver a saber más de él o de su leyenda.


Si un día dais un paseo por Edimburgo, no dudéis en tomaros algo en la Taberna Deacon Brodie, en la parte alta de la Royal Mile a salud del hombre que inspiró a Robert Louis Stevenson para crear al famoso Doctor Jekyll y en infame Mr. Hyde, y que dicen que es el culpable de que en algunas de las casa, por la noche, las puertas se abran y se cierren solas sin motivo ninguno.