lunes, 12 de mayo de 2014

GREYFRIARS KIRKYARD (PARTE 1)

Siguiendo con alguna de las fantásticas historias de Escocia y, más concrétamente, de Edimburgo voy a presentaros un sitio "mágico" en más de un sentido. Bienvenidos a Greyfriars Kirkyard.

En frente del Museo Nacional Escocés se encuentra el cementerio de Greyfiars.
Es uno de los cementerios más conocidos de la ciudad, en gran parte por una historia que se hizo famosa y que conmovió al país y parte del extranjero: 
Bobby, un perro que cuando falleció su dueño no se separó de su tumba hasta su muerte. La gente del lugar incluso le llevaba comida, y acabó convirtiéndose en un símbolo dando incluso nombre a un bar junto al cementerio en homenaje al cánido.
Sin embargo su historia se remonta mucho tiempo atrás y es mucho menos amable que el relato del fiel Bobby.

Este lugar está íntimamente relacionado con las guerras de religión que se produjeron en el siglo XVII dentro de la comunidad presbiteriana, o puritanos, en contra de los católicos que había en el país.
En 1638, cuando Carlos I Estuardo quiso introducir en las iglesias de Escocia la nueva liturgia establecida por el obispo William Laud, los presbiterianos renovaron el Covenant (pacto) en el que declaraban que solo su manera de rezar no sería cambiada por orden de ningún rey pues era una cosa que solo Dios podía dictar, y formaron con el Parlamento, en 1643, una alianza que precipitó la caída del rey. 
Este acta fue abolido en 1661, después de la restauración de los Estuardo con su hijo Carlos II.
Tras este movimiento político-religioso el lugar se empleó de prisión para más de 1200 puritanos, encarcelados al lado de la parroquia de Kirk esperando a la celebración de su juicio, pues allí era donde se había firmado el pacto estos "rebeldes" y traidores a la Corona.
Aquí es cuando aparece nuestro villano de la historia:


Sir George MacKenzie, apodado Bloody MacKenzie, nació en Dundee, pero la fecha exacta de su nacimiento se desconoce. 
Después de su formación por varias Universidades de Europa se convertirá en Lord Advocate, y fue nombrado miembro del Parlamento Escocés.
En este puesto empezará su lucha personal contra los Covenants , persiguiéndolos bajo el reinado de Carlos II.
Allí mismo fundará la biblioteca de abogacía de la ciudad, lo cual no se suele comentar debido al contexto oscuro que le rodea. Se negó a volver a ser Lord Advocate ya que iba en contra de sus principios tras lo sucedido tras la masacre de Glencoe, y no quería perseguir a los implicados en ello, que era lo que se le exigía en ese momento en el puesto que se le ofrecía.
Esa negativa y alguna más a puestos similares hizo que su caída no tuviera manera de frenarse y poco a poco su profesión y su vida se fueron apagando.
Fue su persecución sin misericordia y sin dar la más mínima oportunidad a los imputados puritanos lo que le hizo ser bautizado por su propia sociedad como “el sangriento”, siendo el responsable de la muerte y condena de aproximadamente 18.000 de los detenidos bajo sus órdenes.
Después de la Revolución  se retirará a Oxford y posterior a Westminister, donde morirá, aunque será enterrado en un mausoleo en el cementerio de Greyfriars de Edimburgo al lado de ese mismo espacio que se había convertido por orden suya en el primer campo de concentración de la Historia..

     (foto de Ana Galván Alonso)

Este camposanto ha sido objeto de varios estudios debidos a fenómenos póltergeist y en especial dos sitios dentro de él: el mausoleo en el que está enterrado dicho personaje, y la zona apartada de la prisión de los covenants son las registradas con más actividad de este tipo.
Pero la parte sobrenatural os la dejo para el próximo post.
Os dejo aqui un vídeo de broma, aunque muy real sobre como se vieron obligados los sacerdotes a hacer frente ante las protestas de sus parroquianos. En serio, en St. Giles una mujer llegó a lanzarle al cura la silla sobre la que estaba sentada acertándole en la cabeza y dejándole inconsciente.
Perdonadme pero no lo he encontrado subtitulado.


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