lunes, 28 de junio de 2021

En defensa de Hades

 

Hace años que no escribía en el blog, pero en los últimos meses he estado pensando en algo que me lleva “molestando” desde hace años sobre la manipulación cultural por la influencia judeocristiana, desvirtuando y pervirtiendo una figura mitológica a la que le tengo mucho cariño: el dios griego Hades.

Igual que con muchas divinidades y figuras paganas, Hades ha sido convertido en un ejemplo de maldad, perversión, crueldad y ha sido demonizado durante siglos por el creciente cristianismo y luego todas sus derivaciones del mismo.

Hades y Cerbero

Hades es el dios del Inframundo. No es el dios de la muerte, para empezar, ya que el dios de la muerte es Thanatos, y en el Inframundo para los griegos y romanos estaba la otra vida, la eterna. En el ese Reino se encontraba tanto el Tártaro, que sería el equivalente al Infierno cristiano, pero también estaban los Elíseos, que sería el equivalente al Paraiso. Hades gobernaba en ambos de la misma manera. Cuando nos referimos al Tártaro y pensamos en los castigos que se aplicaban a los condenados, debería recordarse que no era Hades el que sentenciaba a los condenados, ni siquiera ponía él los castigos ni penitencias. De hecho, los castigos eternos más famosos: Sísifo, Tántalo, Prometeo… fueron impuestos e ideados por Zeus. Si, a ese dios que se le pone como luz y fuerza, ejemplo de rey. Ese dios que ha violado, secuestrado, asesinado a rivales (humanos, titanes, dioses) para poder tener a la pareja que quería aunque estuvieran con otros seres. Ese mismo dios que Disney pone como padre modelo con la familia perfecta y trata a Hades como el villano o alivio cómico.


Mientras el resto de dioses del Olimpo no perdonan nunca, son rencorosos y crueles, Hades es un dios que cede, que habla con dioses y mortales, y en más de una ocasión ha cedido a sus peticiones. Han invadido su reino para secuestrar a su reina y ha dejado ir a alguno de los mortales que se habían atrevido a hacerlo después de discutirlo con su mujer y uno de sus sobrinos. Cada vez que alguien se cuela en el Inframundo, antes de directamente ahogarlos en la Estigia (cosa que podría hacer sin problema) tiene audiencia con ellos, les escucha, acompañado de su mujer Perséfone, y juntos deciden que hacer, la mayoría de las veces.

En una cultura como la griega, que el marido tuviera una relación en la que a su reina se la trataba como una igual es casi un puñetero milagro, aparte de que en algunos relatos se cuenta lo que le agradaba pasear por los Elíseos para comprobar que las almas de los difuntos justos estaban bien.

El único de los tres hermanos olímpicos que le era fiel a su mujer incluso cuando la mitad del año ella se encontraba fuera de su reino y de su alcance. El dios que, cuando Perséfone fue engañada por Zeus, que se transformó en Hades para poder acostarse con ella (que era su hija, por cierto), no sólo no culpó a su mujer, si no que se enfrentó a su hermano, rey de todos los dioses. Si, se que suena como muy obvio ahora, pero os recuerdo que los griegos tenían a sus mujeres encerradas en el gineceo prácticamente toda su vida y eran poco más que una propiedad equivalente a una buena pieza de joyería.

Si, os oigo decirme: “Pero Ana, Hades raptó a Perséfone” y aquí quiero haceros una aclaración.

En el mundo espartano “rapto” y “captura” son dos de las denominaciones de un estilo de matrimonio que se producía como manera habitual. Era un término que reflejaba más un ritual que un acto verdadero de secuestro, ya que se acordaba entre las familias y los novios antes de proceder al enlace. El ritual era una simulación de rapto en que el novio tenía que colarse en la casa de la novia y escapar con ella sin ser detectado por la noche. La novia ya se había preparado con anterioridad con sus propios rituales para esa misma noche con sus amigas y las mujeres de su familia para “dejarse raptar”.

Lo mismo veis con otros ojos ahora el relato de Helena de Esparta, luego conocida como Helena de Troya y su “rapto” por parte del príncipe Paris.

Bueno, pues volviendo a Hades, Zeus había ofrecido a su hermano la mano de su hija Perséfone como futura mujer, aunque sin consentimiento de su madre Deméter, porque aunque sea diosa, es mujer y no tiene voz ni voto en la cuestión. Que majo Zeus, encima de que viola a su hermana, ofrece a su hija a su hermano.

“Legalmente” Hades tenía todo el derecho a quedarse para siempre con Perséfone y ni dejarla nunca salir del Inframundo cosa que, sin lugar a dudas, cualquier otro dios (salvo quizá Hefesto) habría hecho, pero al final cede ante la pena y presiones de su madre accediendo a vivir 6 meses sin ella para que pueda estar con Deméter. Esperando siempre a que su mujer vuelva con él, que podría romper el pacto y quedarse en la superficie si hubiera querido. No se vosotros, pero yo a Deméter no le llevaría la contraria.

Se representa como un dios protector, pero no celoso de su mujer, abierto a negociaciones y que ha ayudado a los grandes héroes mucho más que los otros dioses sin pedir ni culto ni nada a cambio. De hecho es de los poco dioses que tienen representaciones de vida matrimonial cálida con los dos en igualdad de protagonismo en cerámicas y otros formatos.


Hades y Peséfone de relax


¿En serio este es el ejemplo que se ha distorsionado en presentárnoslo como El Demonio? 

¿Cómo un ser al que temer y representación del mal más terrible y manipulador?

Además tiene un perrito muy mono de tres cabezas. Un dios que tiene mascota no puede ser tan malo.

lunes, 27 de julio de 2015

BETHLEM/ BEDLAM: EL INFIERNO DE LOS LOCOS

Bethlem o Bedlam… un lugar que habréis oído alguna vez de pasada o que quizá conozcáis de algún libro o película. Si sois aficionados a series de época británicas, incluso de la era isabelina y hay algún loco por ahí aunque sea de pasada, el nombre de Bethlem estará presente.
Resulta curioso que se escuche hablar de esta institución y que su simple mención haga que a los personajes se les cambie  la cara. También resulta divertido escucharlo en contextos históricos tan distanciados en el tiempo. ¿El mismo nombre en la Edad Media, mencionado en el siglo XX?. 
Parece casi más una figura mágica o de la cultura del inconsciente colectivo que un lugar real y físico, pero no.
Bedlam o Bethlem existe y se trata del primer hospital psiquiátrico de Europa.
Fue fundado en 1247 como un centro religioso, pero será en 1357 cuando se establezca como hospital especializado en  acoger y tratar a los enfermos mentales.
Imaginad su importancia cuando se le concedió el título de Royal Hospital.
Una idea puntera la de tratar en un lugar específico a los lunáticos, pero recordad que estamos en la Edad Media inglesa y dista mucho de ser avanzada, pues sus pacientes eran tratados como prisioneros de la peor calaña. 
A los más “revoltosos” se les encadenaba a las paredes o al suelo para que no pudieran herirse o herir a otros. Las raciones de comida eran escasas, pues el ayuno es una penitencia que ayuda al espíritu. A los que eran más tranquilos e inofensivos se les dejaba mendigar por las calles de la capital del reino. De hecho en la obra de Shakespeare de El Rey Lear el hijo del rey, Edgar, se hace pasar por mendigo de Bethlem para no ser capturado tras su destierro.
Es en 1557 cuando el hospital pasa su titularidad a la ciudad de Londres, pero conservando su nombre y prestigio como Royal. Se empiezan a conocer los terribles abusos que se producen en el lugar, pareciendo más un penal que otra cosa, y ello lleva a que los propios pacientes se unan y presenten una queja conjunta por escrito a la Cámara de los Lores en 1620
No es que hicieran mucho luego por mejorar la institución, pero se consiguió que se hiciera patente lo terrible de las condiciones inhumanas e insalubres que soportaban esas pobres almas.


En dos o tres ocasiones se trasladará de ubicación, pero las políticas sobre como debía funcionar Bethlam acompañaban allí donde fuera su nombre.
En el siglo XVIII, a principios, el psiquiatra Paul Vicent hizo una queja oficial sobre como los enfermos mentales que allí se encontraban habían perdido su condición de seres humanos por los métodos y tratamientos a que eran sometidos en el centro.
Pero es en ese mismo siglo cuando se pone de moda entre las clases mas pudientes de Londres y los alrededores, visitar el centro como si de un circo se tratara, para observar el comportamiento de los “lunáticos” por un penique, para reírse de ellos. A esta esperpéntica diversión se la conocía como el Show de Bethlehem.

Diversión para toda la familia, como podéis ver

Seguramente algunos de los pacientes eran de verdad enfermos mentales, pero muchos otros eran personas que no encajaban en los canones de la sociedad, o personas que desarrollaba problemas neurológicos como consecuencia de los "modernos tratamientos" que se ofrecían para otras dolencias. Un ejemplo es el remedio que se aplicaba para los enfermos afectados por la sífilis: la ingesta de mercurio, uno de los metales más peligrosos y venenosos que existen. A la larga afecta al sistema nervioso, al cerebro y provoca alucinaciones, violencia y otro tipo de problemas que acaban haciendo que dieras con tus huesos en Bethlem.
En el siglo XIX se traslada a St. George Southwark, con bonitos parques y mucho espacio, pero por dentro igual de terrible.


No había distinción de clases a la hora de entrar en Bethlem, pero si lo había a la hora de aplicar los tratamientos, pues el desangrado era un método habitual de “sanación” pero pocos podían permitirse el remedio más limpio y sano… ser sangrado con sanguijuelas y no a punta de cuchillo. Laxantes para curar la melancolía, latigazos y quemaduras para crear y expulsar la pus para nivelar los humores .
Uno de sus pacientes más famoso fue el rey inglés George III, que fue enviado a Bethlem temporalmente para su recuperación tas varios episodios de demencia. Por supuesto, él con todos los lujos y médicos más fiables que se podía encontrar en el país y en Europa.
En la actualidad es el mayor archivo de documentación sobre estudios de enfermedades mentales y pionero en tratamientos, investigación y nuevas terapias para sus pacientes.  Uno de los primeros hospitales en aplicar el arte como medio de terapia y expresión de sus pacientes y tiene una exposición permanente de sus trabajos.
Dentro de un par de años cumplirá 760 años desde su fundación, algo a tener muy en cuenta. Casi un milenio de historia y de sus habitantes.

Aunque ahora sea una institución pionera no puedo evitar pensar que si un día uno acaba en una institución psiquiátrica tendría un escalofrío si me mencionan este sitio: Bedlam.

martes, 23 de junio de 2015

HISTORIAS DE LA HISTORIA: EXCUSAS EGIPCIAS PARA NO IR A TRABAJAR

Hace un tiempo que conocía una página que me enamoró. 
HISTORIAS DE LA HISTORIA


En ella se plantea la Historia de una manera diferente. 
Completamente cierta, nada inventado, con documentos que prueban que lo que cuentan es verdad pero otra manera muy distinta de conocer nuestro pasado.
Por ello quiero hacer un homenaje con uno de sus artículos que me resultan más curiosos.
Este, en especial, está dedicado a los trabajadores de las pirámides.
Si, las justificaciones para no ir a trabajar en la construcción de un templo, las pirámides o las grandes construcciones faraónicas (porque era trabajadores asalariados y no esclavos) tenían que presentarse oficialmente ante el capataz.
Básicamente como cuando ahora vas a faltar al trabajo y tienes que pasar por el médico de cabecera para que te haga un justificante por que si no pueden despedirte.
Se apuntaba todo en los papiros: huelgas, contabilidad, accidentes, sueldos y... escusas para no ir a trabajar.
Algunas de estas justificaciones para no ir al trabajo eran tan variopintas como:
  • Embalsamar a un ser querido
  • Picadura de animales venenosos como serpientes o escorpiones
  • Resaca
  • Tener que fabricar cerveza para una fiesta
  • Tener lesiones por haber recibido una paliza de su mujer...
Os dejo el link al artículo para que podáis leerlo con más calma y encontrar otros grandes artículos en la página.

Cotillead y veréis que la Historia es mucho más interesante y divertida de lo que en un principio de cree.

martes, 2 de junio de 2015

MANEKI- NEKO O EL GATO DE LA SUERTE

Reconozco que nunca he estado muy al tanto de las culturas orientales. 
Quizá sea porque está muy de moda en los últimos años y ello, de una manera absurda, me produce cierto rechazo ya de por sí. 
Nunca me ha gustado ir a la corriente de los demás, lo reconozco, pero uno no deja de sorprenderse a sí mismo cuando decide romper esas barreras.
Seguro que habéis visto en mil sitios, la mayoría establecimientos chinos o japoneses, una figura de un gato gordito que siempre está moviendo una mano como si pareciera un espectador de un concierto de rock o te quisiera pegar un capón. 
Pensé que era algo tan japonés como las que llaman Las Galletas de la Fortuna que te regalan en los restaurantes y que tienen de orientales lo que un revolver Colt.
Reconozco que siempre me había parecido algo hortera y entono el mea culpa.


El afectado protestando

Pues bien, el otro día escuché la leyenda que dio origen a esta figurita, llamada Maneki- Neko,  que ya me parece más especial al conocer su significado.

En el siglo XVII, en la era Edo, en plena era feudal en la zona de Tokio cuentan la leyenda de que había un templo muy pobre y medio derruido en el que habitaba un monje con su gata, Tama.
Un día un señor feudal extremádamente rico llamado Naotaka II estaba recorriendo esas tierras cazando tranquilamente, cuando una gran tormenta estalló sin avisar. 
Corrió a refugiarse bajo un gran árbol que se encontraba en las inmediaciones del templo y esperó a que el tiempo mejorara. 
La lluvia y los rayos empeoraron y en un momento el caballero dirigió su vista hacia la puerta del templo, para que ver si estaba habitado y alguien podía ayudarle. 
Su sorpresa fue mayúscula cuando pudo vislumbrar a una gata blanca, negra y marrón que hacía señas con su pequeña zarpa. 
Movía su pata de arriba a abajo, como haciéndole entender que se acercara. No lo entendió al principio y, de hecho, se acercó a la puerta del templo más por curiosidad que por otra cosa. Justo cuando se encontraba a unos pocos pasos un rayo cayó en la copa de ese mismo árbol rompiendo e incendiando sus ramas que se derrumbaron en el punto exacto en el que el señor feudal se encontraba solo unos segundos antes.  
Considerándolo un buen augurio se hizo amigo de la gata y del monje que habitaban el templo encargándose de reconstruir ese lugar, devolverle su antigua gloria al edificio y, de paso agradecer así a sus peculiares habitantes el haberle salvado la vida.
A la muerte de la gata se le ofició un solemne funeral y se la enterró en ele cementerio para gatos del templo de Goutokuji, y se hizo una estatua en su honor con la pata levantada: el primer Maneki- Neko.
Por eso se dice que la imagen de esta gata es un símbolo de buena suerte.


Curiosa la historia de esta gatita que me ha hecho mirar con otros ojos estas figuras que ahora habitan nuestros escaparates.

miércoles, 13 de mayo de 2015

AVENTURAS Y DESVENTURAS DE UNA GUÍA TURÍSTICA

Trabajar como guía turístico de un Free Tour tiene sus puntos luminosos y sus penumbras.


Hay cosas maravillosas como es trabajar al aire libre, paseando y pudiendo enseñar tu ciudad a gente de todo el mundo, por ejemplo. Luego hay  cosas menos maravillosas como trabajar al aire libre, pasear y enseñar tu ciudad a gente de todo el mundo.
NO, no he hecho un corta pega, es que los mismo puntos que son buenos tienen también su lado malo.
Trabajar al aire libre y paseando está genial porque haces ejercicio, te mueves y si el día es bonito se disfruta casi como si tu mismo estuvieras de vacaciones. Ahora bien, patearte la ciudad bajo la lluvia, aterido de frio y viendo como la gente está pasando también penurias o esquivando a los viandantes en uno de esos días malos ya no es tan bonito.
También puede ser que vayas buscando con la mirada disimulada la sombra para los turistas que están sudando la gota gorda porque han olvidado el gorro en el hotel mientras tú, te encuentras maldiciendo no haberte puesto crema solar ese día porque parecía nublado.
Pero los días que hace bueno… saben a gloria y muchas veces compensan a los malos.
El otro punto de contraste es el poder conocer gente de todo el mundo.
Eso es algo realmente enriquecedor y maravilloso que en el noventa por ciento de los casos es una experiencia genial.
Si, no en todos los casos porque, en algunas ocasiones, puedes ver confirmados ciertos tópicos que no ayudan demasiado al país de donde pertenecen estos visitantes. No voy a dar ni nombres de gente ni de países, tranquilos, eso es algo confidencial que queda entre los turistas y sus guías casi como secreto de confesión. Bueno, vale, no tanto, jajajaja. 


Hay ciertos habitantes de determinados países que son mucho más agarrados que otros, otros colectivos más generosos, algunos que tienen que poner la puntilla en todo y otros que no les sacarías la sonrisa ni con un cachorro de perrito poniendo caritas adorables. Los hay efusivos, amables, los que se empeñan a invitarte a algo para beber o comprarte un barquillo porque ellos también lo han hecho. Los que se van sin decir nada como si no les vieras y los que se ponen a, casi, maldecir a los que se marchan en mitad del recorrido porque es una falta de respeto al guía y te empiezan a dar ánimos.
Hay días para todos los gustos, y turistas para aún más gustos y disgustos.
No podéis imaginar lo complicado que puede resultar concentrarse en hablar de periodos históricos cuando uno de los clientes se parece mucho a un actor que te encanta y tienes que disimular. Pero en realidad a los cinco minutos se te pasa porque, ante todo, una es una profesional.
También cuesta mantener el hilo cuando hay alguien que es de la ciudad y dice saber todo sobre ella, pero vale oro cuando eres capaz de sorprenderles con algo que no sabían y te lo reconocen con cara de alucinado.
Los hay que son incluso de otro país, que es su primera visita pero que le tienen cariño a corregirte casi cualquier cosa que digas, por lo que uno debe armarse de paciencia en esos casos, pues el resto de personas del grupo no tienen la culpa. Todos hemos sufrido un listillo de la clase alguna vez. ¿O no?
Pero los momentos que saben a miel también son muchos: cuando ves que eran difíciles y les acabas haciendo reír, cuando sorprendes a alguien de la misma ciudad (lo que es todo un reto), cuando te agradecen por activa y pasiva lo mucho que ha disfrutado el tour, cuando insisten en hacerse una foto contigo de recuerdo, te abrazan y dan besos al despedirse…
Otra cosa muy grande que me estoy encontrando en este trabajo es que conoces a gente con inquietudes muy parecidas a las tuyas, y los cuales solemos apoyarnos  bastante los unos a los otros. Ésto es algo que escasea en muchos lugares en los que se trabaja, y también es algo que vale su peso en oro.
He pensado en muchas ocasiones, y más aún desde que estoy trabajando en esto, que tenemos un problema con las ciudades propias.
Tendemos a conocer más otras ciudades que en las que vivimos porque “está ahí, total lo puedo ver mañana o el próximo año”, y creo que es algo que deberíamos cambiar.
A mí siempre me ha gustado mi ciudad pero desde que trabajo enseñándola y contando su historia cada día la quiero más, la ves más mágica.
Aprovechad la ciudad en la que estáis, conocedla de verdad y veréis la suerte que tenéis de vivir en ciudades así.

Y si os gusta Madrid, venid que os hago una visita guiada con todo mi corazón y de paso me dais una propina jugosa que estoy segura de que os va a merecer la pena. (¿Qué pasa?, tengo que publicitarme y además “porque yo lo valgo”, jajajaja).

lunes, 27 de abril de 2015

SENTIR LA HISTORIA

En ocasiones me pregunto las razones que nos llevan, sobre todo en los países bañados por el Mar Mediterráneo, a no valorar con tanta fuerza y con tanto cariño como otros lugares su patrimonio y su pasado.
Cuando decidí hacer el Máster, hace unos años, vi un contraste muy interesante entre la museología anglosajona (por poner un ejemplo) y la museología mediterránea. Ello me hizo replantearme muchas cosas. 
Yo junto con mis compañeros de carrera, del máster y la gran mayoría de mis amigos, (suerte que tengo) valoramos y queremos la Historia y todo lo que ello ha producido ya sea material o inmaterial. Para mi amar la Historia y la Arqueología es amar la Humanidad, sus ideas y sus logros.
Quizá si os cuento lo que es para mi y como siento la Historia, de una manera más personal, algunos de los lectores cambien su concepción de la misma:
Veréis, la Historia no son esos libros gigantes llenos de datos, fechas, batallas y nombres de reyes e hijos bastardos. La Historia no son esas horas aburridas que todos intentábamos saltarnos en el colegio porque era un rollo y tenía un profesor al que generalmente pensábamos que estaba un poco mal de la cabeza por el simple hecho de gustarle esa asignatura.
La Historia es lo que somos, lo que fuimos y lo que podemos llegar a ser. Si, en los libros de Historia se nos habla de las grandes personalidades, las grandes figuras que han dado forma a la misma, pero no nos confundamos, no han sido ellos lo que han “hecho historia”. 
¿Qué a que me refiero? Os pondré un ejemplo:
La toma de La Bastilla… ahora mismo os están saltando a la cabeza reyes, nombres y fechas... pero fue el pueblo, la gente común, la gente de la que no se saben sus nombres la que hizo posible un cambio radical en la manera de entender el poder y la política y consiguió llevarlo a cabo. 
¿Creéis que Gandhi habría podido hacer algo si el propio pueblo de la India no hubiera actuado? 
¿Quiénes recuerdan los nombres de los soldados y gente llana que se enfrentaron en la Batalla de Culloden? 
Todos conocemos el nombre de Spínola pero, ¿acaso no fue el común soldado de a pie quien realmente dio su vida y consiguió rendir la ciudad de Breda?
Es el campesino, el artesano del gremio del barrio de al lado, el comerciante que viene de lejos, la prostituta del burdel pobre, el párroco de la capilla de la esquina...  es la unión, el movimiento. Es esa gota, la confluencia de todas esas gotas las que conforman un océano, no el océano en sí es un ente indivisible y único.
La Historia es la gente, es la humanidad desde que comenzó a tallar piedra, ha pensar, a crear, a investigar y a explorar. 
No es un conjunto de confrontaciones, batallas y puñaladas por la espalda, porque sin la colaboración jamás el ser humano habría bajado del árbol y comenzado a caminar.
Quizá si eso lo entendiéramos mejor comprenderíamos que esas piedras de un muro antiguo, que ese cuadro, que esa parcela de tierra o de muro que no se debe tocar es realmente nuestro. No nuestro por propiedad material sólo, es nuestro porque pertenece a nuestros ancestros, porque fue construido por nuestro pasado, porque refleja una manera de pensar, sentir y vivir que fue nuestra tiempo atrás.
Esa manera de sentir y comprender lo pude ver cuando viví en Escocia. El amor que tienen los británicos por su historia, el cariño que tienen a cada una de sus leyendas, piedras, bosques; ese orgullo se podía ver en cada rincón y en cada mirada. No quiero decir que todo el mundo lo entienda de la misma manera pero se les ha inculcado desde pequeños a que esta manera de sentir que he comentado antes es la realidad de ellos mismos.  Incluso tenían un programa, que en principio era infantil pero he visto disfrutar más a los adultos, que enseñaba la Historia de otra manera llamado Horrible Histories.
¿Por qué no puede ser que acabemos entendiendo así todos lo que es nuestro Patrimonio y que lo queramos y protejamos como corresponda? 
No me refiero sólo al nacional, ojo. 
Como he dicho, todo lo que el pasado ha dejado es parte de nosotros y una vez se haya ido y nadie esté para recordarlo es como si nunca hubiera existido.
Es curioso que la peor condena para los egipcios era que se borrara el cartucho con tu nombre, pues peor que ser recordado como algo malo, es mucho peor no haber existido jamás.
Quizá en estos momentos os parezca más la profesora medio loca que os daba esa clase en la que os pasabais mirando el reloj cada diez minutos para salir al recreo (lo sé, yo he estado también en esa situación y más aún en clase de Historia) pero quiero dejaros hoy con una reflexión de uno de mis escritores favoritos, recientemente fallecido, Terry Pratchett:

“Tú eres sólo una coma en las páginas de la Historia” a lo que yo añado que sin las comas ninguna obra tendría ningún sentido.

lunes, 13 de abril de 2015

PRIMITIVA MODERNIDAD

La “evolución” no deja de ser una cosa curiosa.
Hemos pasado de usar bifaces y láminas de sílex, a crear el acero más perfecto e inoxidable. Pero en los últimos años del tiempo actual podemos encontrar los cuchillos mas chic, modernos e ideales para los chefs mas exigentes realizados de nuevo en los mismos materiales que usábamos hace miles de años. Basta con buscar un poco en Google para encontrar este tipo de herramientas. Incluso ya hay clínicas de estética que están usando bisturíes con punta de obsidiana en vez de metal porque el corte es más limpio y cicatriza mucho mejor. 

En serio, son cuchillos de obsidiana

Los carbones que tiznaban las paredes y los hogares en la Prehistoria y servían para pintar, no se distinguen de los carboncillos o del grafito del lápiz que empleamos para dibujar en nuestros lienzos. 
Bien es verdad, que el bolígrafo es un gran invento, pero me hace gracia pensar en una hoja de hace solo unos años, cuando ves como su tinta va desapareciendo, hasta que no queda nada de ella con el tiempo. Y, sin embargo, ese persistente grafito dice que se queda, y se queda. 
La tecnología es quizá lo que más ha ido evolucionado de nuestro mundo, porque lo que es nosotros y nuestros gustos…

¿No me creéis?
Id a un mueso de Arqueología o de Historia, y luego pasead por la calle o los centros comerciales. Luego salid de allí, recorred las calles comerciales, mirad los escaparates y me entenderéis.

Yo cuando lo hago no puedo evitar reírme
Visitemos el área de Prehistoria, al lado de la sección de primeras marcas en oferta. Acompañadme.

La cuentas de hueso pulido en forma esférica par formar un brazalete, las plaquitas de marfil y hueso, dientes colocados en un collar perfectamente simétrico. 
Esos pendientes de madera que servían para agrandar el lóbulo, o esas “espinas” de raíz que atraviesan la oreja de lado a lado. Observad esa gente tan "moderna" y veréis a nuestros antepasados, con sus rastas, con sus barbas descuidadas. 


Ahora ponedle a esa imagen unos vaqueros, una camiseta, un bonito eyeliner y deportivas. 

¡El Afarensis camina por nuestras calles! Los Neander ocupan las facultades, los Austro pasean por Gran Via, los Floriensis regresan de la Tierra Media…

¿Y qué decir de los complementos?
Collares o pulseras como los anteriormente descritos podemos encontrarlos en cualquier mercadillo de la fiesta de algún pueblo o alguna cuidad. Si, esos que lucen los mas modernos. Pero si queremos ya rebasar lo cool, veremos reproducciones a unos precios al nivel del barril de crudo que están hechos en las tiendas más IN


Son piezas arqueológicas pero apuesto a que habéis visto cosas 
casi iguales en las tiendas del centro de la ciudad.

¡Oh, las botas peludas! ¿Qué me decís de las botas de Yeti o de Chewacca?

En la Era Glaciar hicieron furor y se las podía ver en todas las grandes pasarelas como la del Estrecho de Bering. ¿Y ahora? Todos podemos lucirlas (de todos los colores imaginables e inimaginables) en pleno verano con una bonita minifalda de tablas. 


¡Oh, ese dulce primitivismo, la prehistoria viva!
A quien no le guste la Historia que mire su armario y su joyero, y verá que el Pasado siempre está Presente.