Hoy voy a
analizar (desde el punto de vista histórico) esta película que se ha convertido en elemento
fundamental dentro del ciclo de cine histórico y bélico.
Lo primero
que quiero decir es que, a pesar de lo que vaya a decir aquí, ya que parece que
la voy a poner fatal, para mi es, cinematográficamente, una película genial que marcó un antes y un después en mi vida.
En 1995 se
estrenará una película que va a convertir a Mel Gibson, tanto como director como actor, en una figura icónica dentro del cine internacional como nunca antes había lo conseguido. Se producirá un efecto dominó que hará que los ojos se vuelvan hacia esa zona norte del Reino Unido que, de pronto, empezó a llamar un poco más la
atención a los foráneos que aún la ignoraban o conocían poco de ella.
Lo primero
que es obligado mencionar, y aunque me encantan, es que los kilt que llevan en
la película todos los escoceses no fueron inventados hasta el siglo XVIII y para mayor broma por un inglés.
El film se basa en la vida de William Wallace, un noble escocés, de ascendencia
galesa (del cual se desconoce al año de
su nacimiento) e hijo menor de Malcom Wallace y destacado terrateniente en las Tierras Altas.
Debido a que
era el tercer hijo de una familia noble, la orientación de su futuro se enfocó hacia el clero, por
lo que se educó junto con un tío suyo en una abadía en Dunipace, cerca de
Stirling.
Allí aprenderá latín, griego, francés, gaélico escocés y, por supuesto, inglés.
Allí aprenderá latín, griego, francés, gaélico escocés y, por supuesto, inglés.
Cuando
volvió a su aldea años más tarde, tras la muerte de su padre y su familia por
parte de los ingleses, juró vengarse y deja el clero. Se casaría años mas tarde con Marian
Braidfoot.
En la
película aparece que uno de los motivos que llevan a los escoceses a rebelarse
es el derecho de los nobles ingleses a la “prima nocte” (nuestro derecho de
pernada) pero no existió como derecho legal nunca ni fue decretado por el rey
Eduardo I como se refleja en el film.
Las luchas
de Wallace contra los ingleses empezaron mucho antes de que su mujer fuera asesinada
por el sheriff local de Lanark, en 1297.
El contexto “político”
escocés era tenso, y se puede ver en la película, aunque muy brevemente, en el
que las dos casas herederas de la corona de Escocia: los Bruce y los Balliol no
paraban de enfrentarse entre ellos.
Wallace siempre fue un partidario de la casa Bruce, como se vislumbra en la película, pero en ningún momento traicionó al que consideraba su legítimo rey, ni él traicionó al rebelde.
Wallace siempre fue un partidario de la casa Bruce, como se vislumbra en la película, pero en ningún momento traicionó al que consideraba su legítimo rey, ni él traicionó al rebelde.
La gran
batalla de Stirling que se ve en la película, en la que ganan por primera vez a
los ingleses, no se produjo en un campo abierto, si no que fue una escaramuza en
el puente de entrada a la ciudad en la que atraparon como en una pinza a los
ingleses. Al verse arrinconados por los dos extremos del puente y sin
posibilidad de avanzar o retroceder muchos de ellos, tratando de salvar sus
vidas se vieron obligados a saltar al agua, muriendo ahogados en vez de a manos
de los escoceses.
Tras la
derrota aplastante de la batalla de Falkirk, que poco tiene que ver con un
pacto entre Robert The Bruce y el rey inglés, Wallace huirá a Francia a buscar
apoyos para su causa mientras el heredero de la corona escocesa se queda en
casa luchando contra las tropas inglesas y contra sus propios adversarios políticos escoceses.
Otro
detalle, la princesa francesa Isabel no llegará a Inglaterra hasta que fallece
el rey Eduardo I, y William Wallace ya ha sido ejecutado.
Pidió ayuda
al rey Felipe IV de Francia, al rey Haakon V de Noruega y hasta al Papa del
momento que era Bonifacio VIII, pero sin conseguir ningún resultado. Decidió
volver a Escocia para ayudar a The Bruce en su causa, pero será traicionado por
otro noble y atrapado en Glasgow, enviado a Londres y ejecutado en 1305.
El método de
ejecución, sin embargo está bien documentado en la película y William sufrió: estrangulamiento,
castración, evisceración y decapitación.
Así pues
resumiendo, William Wallace: ni era campesino, ni se rebeló por amor, ni fue traicionado
por el futuro rey de Escocia, ni llevaba kilt, ni tuvo una relación con la
princesa de Francia, ni tendría un hijo
con ella.
Wallace fue
en realidad un rebelde que luchó contra los ingleses a favor del que se
convertirá en Robert I the Bruce, liderando grandes batallas y que se
convertiría en un icono de la independencia escocesa del poder inglés.
Aquí os dejo
un vídeo gracioso resumiendo la historia con un poco de rock.