En el
anterior apartado hice un esbozo muy sutil sobre las ideas que transmitió Carl
Gustav Jung, el desarrollo de la teoría del Incosciente Colectivo y de los
arquetipos.
Considero
que la mejor manera de entender que es un arquetipo y que representa dentro de
nuestra mentalidad es a través de los ejemplos, más que con la
definición más teórica y prosaica, pero no podemos obviarla.
En esta
ocasión he querido empezar por uno de los arquetipos más polémicos a la hora de
definirlo y que por ello me resulta de los más interesantes a la
hora de ser estudiados desde la mitología y desde la psicología ya que sus límites no se encuentran tan definidos como con otros: el Trickster.
Un Trickster
es una personificación de tipo divino o sobrenatural, la mayoría de las veces
en forma humana y masculina (aunque también hay tricksters femeninos y
animales) que se dedica a embaucar, desobedecer las reglas y las normas que
componen al mundo ya sea por diversión o por beneficio propio. En ocasiones se
le presenta como alguien avispado, con bastante suerte, que es capaz de darle
la vuelta a las cosas y del que nunca sabes si está de parte del bien o del mal. No
puede decirse que los trickster sean malvados de por sí, por ejemplo los
duendes tales como los pixies o los leprechauns irlandeses son un buen ejemplo en la mitología popular,
simplemente viven al margen de las reglas de los demás y suelen buscar el
beneficio propio, suelen tener un carácter algo cínico e irónico.
Con
la llegada del cristianismo y su visión maniqueísta del bien y el mal sin
matices de grises, estos personajes se verían transformados a su elemento más
negativo que es el del engaño y traición, convirtiéndose en diablos no excesivamente
malvados o crueles y espíritus burlones. Se puede encontrar en otros estudios como la
imagen del Diablo tiene ese elemento tentador y de doble juego que llega
implícito el concepto del trickster, pero ese personaje tiene unos matices
mucho más complejos que trataremos más adelante.
Es probable
que sea más sencillo de entender si os presento algunos ejemplos más algo mas "visuales".
En la
mitología griega hay dos dioses que cumplen estos rasgos: Dionisio y Hermes.
Son deidades de cierto carácter festivo, voluble, embaucador y hasta cierto punto tramposo en alguno de sus
mitos. Son considerados artistas del engaño y del disfraz de la misma manera que
lo son otros personajes no divinos como Ulises dentro de esa misma mitología, en algunas de sus primeras etapas el dios
hindú Krishna, Huehuecóyotl en la cultura azteca o quizá uno de los trickster
más icónicos: el dios nórdico Loki.
Entre muchas
de sus aventuras y ser el culpable de iniciar la caída de los dioses, el
Ragnarok, se encuentra el engañar tanto a mortales como a dioses y gigantes
ayudando a unos y otros según le conviniera. Si os interesa alguna de estas
historias os recomiendo que os leáis la que habla del robo del martillo de Thor
y como Loki convence al poderoso dios del trueno a travestirse y fingir la boda
con un gigante para poder recuperarlo.
Dentro de la
literatura popular los genios orientales salidos de lámparas que conceden deseos, pero que siguen
la regla del “cuidado con lo que deseas porque puede convertirse en realidad”
han cumplido ese rol, pero quizá si conocéis los cuentos tradicionales occidentales podréis
identificar la personalidad de un trickster a la perfección en la figura de
Rumpelstilskin. Ese duende que teje paja hasta convertirla en oro para ayudar a una muchacha en apuros,
pero siempre por un precio que acaba volviéndose contra ella misma, a no ser que
se juegue con las mismas reglas que el embaucador, osea, ninguna.
Sé que no es
una apreciación únicamente mía cuando digo que los tricksters, sencillamente,
molan.
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